De Billy Wilder, el toque Lubitsch y la gente que va al cine sin pasar antes por el baño
Le voy a contar mi mejor anécdota, que está relacionada con los preestrenos. Íbamos a exhibir Ninotchka, y Lubitsch nos llevó también a los guionistas, era en Long Beach. En el vestíbulo había una pila de tarjetas, en las que se invitaba al público a escribir sus opiniones. Total, empieza la película, y la sesión transcurre bien. Luego, Lubitsch coge las tarjetas, un montón, y no deja que las toque nadie más. Nos metemos en la gran limusina de MGM. Encendemos la luz. Mira las tarjetas y empieza a leer "Muy buena"... "Brillante"... Veinte tarjetas. Pero, cuando llega a la número veintiuno, empieza a reír como no le había visto nunca, y le preguntamos: "¿Qué ocurre?". Retiene las tarjetas; no dejas que las vea nadie más. Por fin, se tranquiliza un poco y empieza a leer. Y lo que decía —aún tengo la tarjeta— era: "La película más divertida que he visto nunca. Me he reído tanto que me hice pis en la mano de mi novia". |
— Cameron Crowe, Conversaciones con Billy Wilder |
Hace poco comenté que gustaba de usar como marcadores de libro los recibos del cajero, y que, cuando encontraba algo que me llamaba la atención, cortaba una tira del recibo para marcar la página donde estaba. Precisamente en estos días me he encontrado por la estantería las Conversaciones con Billy Wilder, un libro tan felizmente divertido que cuando lo leí tuve que usar dos de los recibitos del cajero, porque el primero lo gasté entero marcando pasajes.
Una lectura obligada para cualquiera que guste de la obra de Wilder, del séptimo arte en general, o de echarse unas risas con una buena lectura.
Queridos niños: mi recomendación de hoy es que os busquéis alguno de los clásicos de Wilder (Con faldas y a lo loco, El Apartamento, Irma la Dulce o En bandeja de plata serían una buena elección) y disfrutéis. Porque vais a disfrutar como enanos.
Y sí, ya sé que hoy era el día de la mujer trabajadora, pero aquí ya hablamos de ello y no era plan de repetirnos más de lo estrictamente necesario.
Me he reído tanto que me hice pis en la mano de mi novia.
ResponderEliminar¿Pero dónde tenía la mano la susodicha? ¿A qué va la gente al cine? ¡Cochinos! ¡Marranos!
A mí Wilder también me hace mucha gracia. Anoto el libro para leerlo.
Un abrazo y feliz día, aunque no seas una mujer trabajadora.
Wilder era el típico tío que es capaz de sacarle punta a cualquier cosa.
ResponderEliminarYa me parecía un gran cineasta, pero después de leerme el libro se convirtió en un hombrecillo entrañable.
Otra de sus grandes frases es aquella que dijo cuando le preguntaron si iba a volver a rodar con Marilyn Monroe (con la que hizo Con faldas y a lo loco y La tentación vive arriba):
"Me han preguntado si volveré a trabajar con Marilyn Monroe, y tengo una respuesta clara. Lo he discutido con mi médico, mi psiquiatra y mi contable, y todos me han dicho que soy demasiado viejo y demasiado rico para someterme de nuevo a una prueba semejante".
Un saludo!
Si me hubiese pasado a mí me hubiese meado en su boca.
ResponderEliminarDe vez en cuando la historia nos regala un personaje excepcional, para que el resto de los mortales tengamos alguien a quien admirar. Y Billy Wilder, sin duda, es uno de ellos.
ResponderEliminarQuizá un día de estos de un repaso a alguna de sus películas, que sin duda son geniales.
Y en cuando al tío que dejó la nota, era para darle una hostia. Nadie va a una película de Wilder a hacer eso. Para eso ya hay otras películas...
¡¡Ah, calla!! ¡que no era de Wilder, sino de Lubitsch! Bueno, es igual, el comentario sigue siendo válido...
ResponderEliminar@J.Arce: Tú siempre con lo mismo.
ResponderEliminar@Miguelón: El tío se lo montó estupendamente. Una buena película y una buena...
La que no se lo montó tan bien fue la novia xDDDD
Y el de delante? Es que nadie piensa en el tio que tenía en el asiento de delante!!!
ResponderEliminarXDDDDDD
ResponderEliminarSaludos solares
sufridos mortales:
Impresionante estimado Misantropo,
lo que comentais, pero por la piel de toro, cosa veredes Sancho:
http://www.trazegnies.arrakis.es/index28b.html
BY HORUS a proud cipote.
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J.Arce: haaaala!xDD.
ResponderEliminarViendo el cipote de Horus procuraria no ser el del asiento de delante.
Con Faldas y a lo loco tiene momentos muy bueno, uno es la fiesta en las literas del tren y otro es cuando Jerry, vestido de Daphne esta con unas maracas (y como unas maracas)muy feliz por que se va a casar.
Saludos.
@Horus: Eso es un cipote y lo demás es tontería. ¿No estaría usted por Archidona allá por los albores de la década de los 70 por un casual? Lo digo por lo del maná al que hacía referencia D. Alfonso Canales en el relato:
ResponderEliminar"Aquel maná caía en pautados chaparrones, sin que pareciera que fuese a escampar nunca."
@Hiarbas: A mí se me han quitado las ganas de ir al cine por un buen trecho. xDDDD
De "Con faldas..." siempre me acuerdo de la escena del baile entre Jack Lemmon y el viejo, mientras el otro se está trajinando a Marilyn. Justo la que desencadena la escena de las maracas. Es una película grandiosa.
: )
ResponderEliminarHola misantropo.
Gracias por tus animos para montar un blog;pero prefiero leer el tuyo y el del sr ARCE (hola), además estoy hasta arriba de curro en el sol.
Eso sin contar que no falta el tipico pelma que profana los asuntos de los dioses:
http://www.youtube.com/watch?v=OLhZZvTzNUY
Luego lo castigas con dolores para el resto de su vida claro pero es un rollo.
by HORUS a proud lector del misantropo.
pd: 20/10 y no es un error de tanscripción del traductor geroglifico-castellano-sajon-quinqui
Creo que no voy a volver a ir al cine. Tal vez a una sala X, donde sólo van cinéfilos a disfrutar de la proyección
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