De matrículas, siglas chorras y otras enajenaciones

Recuerdo que cuando estaba en quinto de E.G.B. (quizá debiera decir la antigua E.G.B., como las antiguas pesetas), tuve que llenar uno de aquellos mapas mudos de España con las letras que identificaban cada provincia en las matrículas. La M para Madrid, la B para Barcelona, SE para Sevilla... y luego venían las risas. La H era de Huelva, mientras que HU era de Huesca. CC de Cáceres, porque la C sola era de La Coruña, CA de Cádiz, CS de Castellón y CU de Cuenca. Claro que también había cosas raras: GI no era de Gijón, que usaba la O de Oviedo, sino de Gerona. IB era de las Baleares, GC de Las Palmas, y la S para Cantabria. Guipúzcoa usaba, lógicamente, las SS, y La Rioja un siempre elegante LO.

Aquella ristra de letras se convirtió en otra curiosidad más a relegar en el olvido de las nuevas generaciones cuando, en septiembre del año 2000, entró en vigor el uso de las nuevas matrículas: cuatro dígitos, tres letras que habrían de ser consonantes, que no fueran la Ñ ni Q, y ningún identificativo de provincia.

Se perdía aquello de las letras que unían pueblos, que identificaban culturas, que hacían que uno saludara a otro por la carretera por el mero hecho de compartir las letras de la provincia en la matrícula y encontrarse fuera de ésta. Es como estar de viaje por Bután y oír a alguien hablar en español. Primero uno se sorprende, y luego se saluda.

Pero eso ya no pasa. Uno va por la autopista de la plata y todas las matrículas son anodinas sucesiones de números y letras que no transmiten nada de su origen. Perfectamente puedes cruzarte con el vecino del quinto y pensar que es un tío de Palencia.

En la página de la DGT, además de poder consultar los puntos que nos quedan, te dicen las estadísticas de las últimas matriculaciones. No es que esté muy actualizada, porque a finales de septiembre aún figuran las matriculaciones de marzo, pero nos es suficiente para nuestras intenciones. A fecha 17 de marzo, la última matrícula asignada es la GBZ.

¿Y todo esto de las matrículas que tiene poco o nulo interés a qué viene? Pues a que hace poco he visto que las matrículas ya van por GGG, lo que me ha recordado una cierta ocasión en que tuve que cambiar la luna delantera del coche.

Tenía una raya en el cristal, que no salía en la foto digital que servía de justificante para el seguro. El hombre cogió un martillo de nylon, le arreó un par de golpes a la luna que a mí me dolieron como si me los diera en los pendientes reales, y se puso a rellenar el parte.

— ¿Nombre?
— Tal.
— ¿Dirección?
— Cual.
— ¿Matrícula?
— Tal número, BGG.
— ¡Anda, qué matrícula tan graciosa!
— ¿Por? —he de decir que la combinación de números no tiene nada de jocoso.
— Hombre, por el BGG. BGG. ¡BGG, hombre!. Parece que te estás riendo.
— Em... ¡sí, graciosísimo!

Y, claro, desde entonces, cada vez que veo un coche con matrícula acabada en —GG me acuerdo de este hombre tan jacarandoso, que supo ver el chiste en mi matrícula, y que ahora ha debido encontrar el colmo del jolgorio, como he dicho, con la matrícula GGG.

¿Alguien se anima a echar las cuentas para saber cuántos coches se han matriculado hasta llegar al GGG? Iba a hacerlo yo mismo, pero con la hora que es creo que prefiero irme a dormir.

Recordad, podéis hacer las cuentas contando 10.000 ó 11.700 matrículas por cada combinación de letras, según uséis las cuentas del periódico 20 minutos, que ya dijo que 11.700 personas podrán lucir coche con las letras FCB en la matrícula. Dentro de la noticia se afina hasta decir que entre el 0000 y el 9999 hay 11.652 combinaciones.

Queridos niños: ¿pensáis que tengo demasiado tiempo libre? Bueno, otros ya han hecho cálculos análogos con sandeces parecidas y a nadie le ha parecido mal...

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